Somos obsolescencia neuroquímica programada, un neotérmino que hace parecernos a nuestro «Iphone» o un yogurt que termina caducando.
Bienvenido a mi casa.
Somos obsolescencia neuroquímica programada, un neotérmino que hace parecernos a nuestro «Iphone» o un yogurt que termina caducando.